domingo, 16 de febrero de 2020

Ricardo el Chico Top

Capítulo 6

Capítulo 6 

 

Ricardo el Chico Top

 

Todos los días voy a la escuela de Bizarros, una escuelita especial como la de los X Men pero más divertida, que queda en un lugar muuuuuy pero muuuuy lejano... Avenida "De la Lora". Se entra sólo por recomendación... o sea... cuando te dicen “Por qué no te vas un poquito a la...”. Te están recomendando ir. Mucha gente transita por esa avenida... ¡ja, ja! Es broma! Estoy muy feliz: Hoy me invitó a salir Ricardo "Chico Top", el chico más canchero de la clase, el más lindo y popular.  Ay, Ricardo, Chico Top... Chico Top.. Chico Top... muñequito hermoso, fachero y dulce. No sé que hacés en la escuela de Bizarros, porque no sos un bizarro, sos un chico normal, pero sos muy diferente a todos los demás. Los demás chicos de la escuela te saludan y hablan todo el tiempo con gran respeto y admiración. Con tus ojitos picarones y tu pasito tan sensual, caminas por el hall de la escuela como un lobito feroz. Yo te imagino en tu caminar, acompañado por el resplandor de tu gran carisma! A tu paso, tal cual efecto dominó van cayendo, desmayadas al piso, luego de un gran suspiro, todas las chicas bizarras... Sos como una bomba nuclear, que va quemando con su radiación todo a su alrededor, y, llena nuevas sensaciones que ni describo... te espero yo. No sé por qué te fijastes en mí, pero me tratas con tanta dulzura. Me tomas de la mano y con el viento me siento volar... En el recreo te beso y no me alcanzan los besos, entramos al aula y me quedo sin aliento mirándote. Esa tarde le mentí a mi papá y le dije que iba a estudiar con Robertha. Con Tatiana no, porque, seguro me iba a dar mil sermones y luego me iba a mandar al frente con mi papá. Fue como un sueño, Ricardo....comon ladrón y descubriste mi misterio; se rozaron tu cuerpo con el mío de niña mujer y parieron fundirse entre sí; se fusionaron una canción romántica con la cumbia que corre por mis venas, y por ese momento especial, que quisiera que durara siempre... sonó en mi interior una cursi cumbia romántica santafesina, de las que quiebran hasta al más duro corazón... duro corazón como el mío, que no sabe ni qué pensar... no sabía si hacía bien... no sabía si hacía mal... no sabía si amar o escapar...  no sabía si creer o reventar... que nunca sabría comprender como un chico tan popular se fijaría en una LOSER como yo... sólo sabía mi corazón que en ese instante feliz con tu voz, tus besos apasionados y el roce de tu sedosa piel, pese a que por ser de diferentes clases o especie de persona, y aunque el destino decida para bien o para mal, siempre te iba de atesorar estos lindos momentos compartidos junto a vos.

Llego al otro día a la escuela y cuando te saludo ni me registras. Te veo riendo con Francisco y sus amigos. Francisco te da un dinero en mano y todos se ríen. Fui acaso una sucia apuesta? Se lo contaste a todos? ¿Te olvidaste por completo de tus horas a mi lado? ¿Y que hay de tus caricias de miel y tus palabras llenas de proyectos del futuro?¿Era entonces, que nunca se irían a cumplir?... te aparto y  protesto y respondes articulando mil palabras de maneras evasivas y mi corazón se rompe por primera vez.  Al otro día, te veo en el pasillo de la escuela, paso, y tú junto al grupo de Francisco, me miras y te ríes de mí; en el recreo hablas y te rodean miles de chicas que ríen de todas las tonterías que decís. ¡Cómo me has engañado con tus dulces mentiras! ¡Que ingenua fui! Volverás devuelta a la cacería de una nueva ingenua, herirás y seguirás de pie sin ningún sentido de culpa. Cosas tristes que enseña la vida: el malvado nunca recibe su merecido, y triunfa sólo el que hace mal.  Dónde se fué el chico tierno que tanto amé una vez? Ahora estás bajo la protección del tirano de Francisco, y nada se puede hacer, porque Francisco es el líder, y si uno protesta contra alguien de su grupo, Francisco te manda una patota a amenazar, y los docentes y la directora, sólo se hacen los distraídos y no actúan o te mandan con el psicólogo para lavarse las manos. Mi papá nunca está presente y no entiende lo que tengo que vivir: él cree que es mi culpa y que no quiero estudiar, pero no es así. Además, si sabe que ya no soy virgen, no me va dejar salir ni en un millón de años! Sólo me queda con mucha bronca e impotencia, resignarme y callar. Tal vez ya nunca vuelvas, pero yo merecía algo mucho mejor. Tengo todavía a mis amigos, que me dan fuerzas para continuar, y en los momentos malos, ahí te das cuenta de quienes son tus amigos. Adiós Ricardo, más que un chico top, sólo eras un idiota bien vestido, pero vacío de cerebro y corazón.

 


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