martes, 10 de marzo de 2020

Rompecabezas

Capitulo 30


Rompecabezas
Me levanto esta mañana ni bien suena el despertador. Valentín ya no está durmiendo a mí lado y mi cama parece enorme sin él.
Me preparo el mate. Me siento frente a la mesa y Valentín no está sentado frente a mí. Me siento agonizando por una profunda herida de muerte desde que él no está conmigo.
Llego al trabajo. Están todo el equipo presente conversando entre ellos: mis dos compañeras, Guadalupe y Leyla, mí supervisora Mayra, la gerenta Sonia. Y, en especial, Lisandro, el dueño gay de la empresa, se da vuelta y, con su voz chillona, me saluda alegre: -¡ Ay!¡ Llegó la publicista! ¡Llegó la publicista! ¡Felicitaciones linda!¡ Te vimos por TV y le hiciste publicidad a la empresa!
Todos se me acercan y me felicitan. Yo sonrío y finjo estar bien, pero en el fondo estoy destruida por dentro.
Voy a repartir volantes, me saluda desde el otro lado de la estación de Morón el chico Furry Fandom vestido de zorro gris con los brazos estirados hacia arriba, en una mano los volantes. Yo lo saludo y finjo una sonrisa.
En la calle todos me reconocen y me felicitan por mi participación en el programa de TV. Yo todavía no caigo. Pasa Dorita, la señora linyera que habla sola por la calle, me dice: te vi en la tele de un bar! Saluda y sigue caminando.
Se me acaban los volantes, voy a la sucursal. De ahí me mandan a hacer un mandado, a pagar una boleta de un servicio. La chica de la caja me dice: -¡ Disculpa!¿ Sos la Novia Cumbianchera? – yo asiento, la chica grita de alegría y se mira con su compañera de caja. Gritan las dos. Yo sigo sin caer en la realidad. Siento mucho dolor en el pecho.
Vuelvo a repartir en la estación.  Pasa la pequeña niña que siempre juega sola por la plaza. Y me dice: - Te vi en la tele: ¡¡¡saliste gorda!!! – y me saca la lengua.
Yo le digo: - Niña, ¿donde están tus papás?
La niña responde: -¡ Yo no hablo con extraños! ¡¡¡Gorda!!! – me pasea la pantorrilla y se va cantando mi canción burlonamente, dejándome dolorida y maldiciendo en mil palabrotas diferentes. Le veo alejarse y se le acerca el padre, un chico vestido de gótico que parece Drácula y le dice: - ¿¿¿Donde estabas Bettina??? Te estuves buscando por todas partes. – y se alejan, el retado a la niña y ella protestando y haciendo berrinches ruidosos.
En mi mente vienen dulces recuerdos de mi papá Don Himeneo y yo de niña: él colunpiandome en la hamaca de la plaza; el enseñándome a leer y a hacer las tareas, el retandome por hacer travesuras, el enseñándome a andar en bicicleta.
Esa tarde le llamo de un teléfono celular, al llegar a mí departamento - Hola padre: soy Darlene. Estoy trabajando en una financiera, vivo en un hermoso departamento de Morón. Me viste en la televisión.
Pasamos hablando un largo rato con mi padre, que ya no me habla con voz ruda y con reproches. Se oye triste y a la vez sorprendido. Me dice que me vio en la televisión. Que siempre seré su hija, y que siempre estará orgulloso de mí. Eso resulta un alivio a mí pobre corazón.
Suena el timbre, Ángel viene ahora a visitarme casi todas las noches. Ya se graduó de la escuela y está por poner un negocio de comidas. Así que, como soy muy mala en la cocina, me enseña a cocinar y cocinamos juntos. Trae unas cervezas y su guitarra y cantamos juntos toda la noche.
Pasan los días y no sé nada de Valentín.  Llamo a su celular y no responde.  Se me ocurre localizar por las redes sociales a la hija mayor que vive en España, preguntándole si su padre se encontraba bien, y diciéndole que yo era una mujer educada, trabajadora y decente, y que mis intenciones eran buenas porque lo amaba de verdad; además le dije que ella no tenía ningún derecho a hablarle mal de mí porque me consideraba muy joven para él.  A lo que ella me contesta: - Mi padre nunca vino a visitarme a España.  Simplemente me comentó que tenía un asunto por resolver, pero nunca me dijo que era contigo.  ¡ Yo no sabía que tú existías! Llámalo y arreglen entre ustedes, yo nunca supe de ti.
Mi alma se rompe en mil pedazos: ¡Otra mentira más! ¡Entonces, que Valentín me amaba era todo una mentira!. Con furia volví a llamar al celular y sonaba apagado.  Hasta que, al salir del trabajo, llego triste y muy cansada a mi departamento de Morón.  Me espera Ángel en la puerta, sonriente, con una bolsa con dos botellas de cerveza. Le cuento de lo que descubrí al comunicarme con la hija mayor de Valentín, que todo era una mentira.  Él me abraza y me dice que me calme y que siempre voy a tener un amigo en él.  Subimos al departamento, y para mi peor sorpresa, todo mi departamento está desacomodado y revuelto, mi ropa sacada de la cómoda y tirada en el suelo, mis elementos de cocina sacados de la estantería, mis platos rotos. Ángel, sorprendido como yo mira a su alrededor, el caos en que he encontrado mi casa.  Alguien ha entrado, algún ladrón.¡ Y me faltaba otra vez dinero!
Suena mi celular; del otro lados está Valentín diciendo :- ¡Vamos a hablar de Derechos! Yo te he prestado la garantía y vos sólo pagaste el alquiler y los impuestos, por lo tanto la casa es mía, y puedo entrar a la casa cuando a mi se me cante, inclusive ahora, pero tenés completamente prohibido traer visitas y hacer tus necesidades en la misma.  Respeta la casa porque es mía.
Yo le respondo: - ¡Pero es mi casa, mi alquiler! ¡Está con mi recibo de sueldo y yo soy la única que paga el alquiler!
-¡Estás con un hombre en la casa, y nadie que no sea yo podrá tenerte! ¡Te estoy vigilando!
Ángel escucha mi discusión y se preocupa al ver mi cara aterrorizada.  Suena un auto afuera.  Miro por la ventana. ¡Es Valentín en su auto, que había entrado a mi casa con una copia de llaves que yo no conocía, y había procedido a romper mis cosas, y que ahora me está vigilando!
 Ángel baja indignado, corre hacia el auto de Valentín.  Yo le corro por detrás intentando apaciguarlo. Mete la mano por la ventanilla del auto de Valentín, le toma de cuello y le dice: - ¡Ya déjala tranquila a Darlene! ¡Dejála rehacer su vida! ¡Si tuvieras un poquito de dignidad, le dejarías conservar la garantía y la dejarías vivir en paz! ¡Cobarde!
Valentín se libera de las manos de Ángel, pone primera en el auto y sale escapando a toda velocidad, perdiéndose en la oscuridad de la noche.  Más tarde, Ángel me lleva a la comisaría de la mujer de Morón para hacer la denuncia, y para mi mayor sorpresa, la señora policía me atiende de mal humor y con mirada de “No me importa”. Me toman la denuncia, aunque salgo insatisfecha con la forma en que me atendieron. En la denuncia le han dictado una Perimetral a Valentín, que, dentro de tres meses no podrá comunicarse conmigo ni acercarse a mí.  Me causa mucho dolor al llegar a tomar esta medida, y más dolor que, la persona que tanto decía que me amaba, al final todo el tiempo me mentía y estaba jugando conmigo.  Pero, he encontrado un nuevo amigo.  ¿Quién iba a pensar que ese muchacho de la secundaria con el que me llevaba tan mal, iba a ser el mejor amigo que podía tener?

Al otro día, que es sábado, me toca hacer otro programa de televisión. Recolecto cada pedazo de mi ser y mi corazón herido y me preparo. Ángel me acompaña al canal. Llega mi turno de cantar, subo al escenario. Ángel me da fuerzas mirando detrás de las cámaras. Los conductores me anuncian: - Y ahora cierra el programa, Giselle Darlene La Novia Cumbianchera!!! Y empiezo a cantar.












Dulce y amargo

Capitulo 29


Dulce y amargo
Llego a la parada del colectivo. Valentín me espera en la parada. Lo abrazo y beso apasionada y llena de felicidad. Digo:- ¿me viste en televisión?
El me dice con voz ronca: - Si. Tenemos que hablar.
Yo, intrigada y a la vez viéndome venir lo peor, camino a su lado en silencio. Entramos al departamento, abro la heladera. Saco dos vasos y nos sirvo un trago fresco.
Valentín se sienta en la cama y me dice: - Me estuve sintiendo muy mal de salud últimamente. Fui a un doctor amigo y tengo que comentarte un consejo que me dio.
Yo, muy preocupada le pregunté: - ¿Que pasó, amor mío? ¿Estás bien?
El prosigue: - Fui a visitar a un Doctor amigo. Le conté que me había separado hace un tiempo de mí esposa, que te conocí a vis y que nos fuimos a vivir juntos. El me dijo esa chica te va a salvar la vida… - hizo una pausa- Te va a salvar la vida, si se aleja de vos – levanto la vista con un rostro altanero – para siempre!!! Me dijo que, por mí salud, tenía que romper con esta relación, y que, si me querías, me ibas a entender! Voy a comer a mí casa. Lo hago por mis hijas!
Yo, ya cansada hace rato, respondo enojada y sin medir consecuencias: - Mirá Valentín! Ya me cansaste con tus mentiras! Vas a volver con tu mujer? Todo este tiempo que, supuestamente te ibas al taller a arreglar el auto, te veías con tu mujer? Viniste a vivir una vida conmigo! Viniste a vivir una vida conmigo!
El dice con voz ronca: - Lo hago por mis hijas!
Yo contesto: - Eso es mentira. No es por tus hijas. Vos sos el que quiere volver con su mujer. Si no eras feliz conmigo, si nunca me amaste, solo tenías que decírmelo y venir de frente y con la verdad!
Él sostiene aún más su mentira: - Por favor, entenderme! Yo me voy a vivir solo! Con mis hijas.
-En la casa donde vive tu mujer! – le digo y lo miro fijo. El baja la mirada.
Continúa: - Además, me llamo mí hija mayor de España, que se enteró de lo nuestro. Me dio el consejo que me vaya un tiempo para allá a pensar. Dijo que eras muy joven para mí. Me dijo que si me querías lo ibas a entender…
Yo, finalmente, perdí los estribos: - Otra mentira más??? Querés irte? Pues andate! – entrada completamente en irá. Arranque la compactera en donde ponía los discos para ensayar y la derribe contra el suelo, partiéndose en mí añicos. Tomé su micrófono y se lo arrojé por la cabeza. Él lo esquivó, y éste chocó contra la pared.
Valentín tomó su abrigo y se fue. No se veía para nada arrepentido.   Le dije antes de cerrar la puerta: - Deja las llaves en portería y vete.
Luego Valentín se fue por esa puerta y no volvió nunca más. Sentí un gran vacío dento de mí alma y dentro de mí corazón.





El nuevo programa de TV

Capitulo 28


El programa de televisión
Desperté con el reloj. Preparé el desayuno y nos sentamos a la mesa sin hablar. Armo una bolsa aparte con mi vestido blanco para ir filmar el programa de televisión, y el tul de novia de mi mamá, con el cual empecé a cantar. Del trabajo me voy directo al canal de televisión a filmar el programa. Estoy muy ansiosa y feliz de cumplir mi sueño. Valentín no me presta atención. Dice que me va a ver desde la televisión. Solamente me acompaña a la parada del colectivo y me saluda con un beso frío que me da mucho que pensar, y que deberé hablar, sin falta cuando vuelva.
Salgo del trabajo. El día no podría ir mejor: llegamos al objetivo de las ventas antes de terminar el mes y en la financiera están todos felices.
Voy al canal. Me recibe la productora y me lleva camarines con otros artistas. Es un hermoso lugar, con un gran espejo rodeado de luces y un mostrador para maquillarme. Me visto con mi vestido blanco. La productora me lleva al peinador y luego a la maquilladora. En unos minutos voy a entrar al aire. Siento nervios.
Me toca entrar al estudio.  Entro al aire, el con los demás cantantes. El conductor nos pregunta a cada uno, nombre, edad, barrio y a que nos dedicamos. Llega mi turno, digo mi nombre Giselle Darlene. Edad 18 años ya cumplidos. Barrio: Moron. A qué me dedico? Reparto volantes en una financiera. El conductor, chistoso me dice: - Pero que dice el volante? Que dice?.
Yo, nerviosa, le respondo:- MisterCred.- y mis compañeros de la financiera, que están mirando el programa en vivo, pegan un grito de alegría.
Me vuelve a presentar el conductor: - y aquí canta, Giselle Darlene ¡ La Novia Cumbianchera! – suena mí música y empiezo a cantar. Termina mí canción. Todos me aplauden.








Tú no quieres estar conmigo

Capitulo 27
Tú no quieres estar conmigo

Tu no quieres estar conmigo:
Cuando dices que me amas,
Tus palabras vuelan al viento,
Como una plegaria a ella,
Pidiendo que vuelva.

Cuando duermes, sueñas con ella;
Cuando me haces el amor
La buscas a ella en mi cuerpo,
Sin pedir perdón.

Hoy tomaré mis maletas,
Y partiré con rumbo desconocido.
Llevo el corazón destrozado,
Y en mi alma un gran vacío.
Ya que nunca me quisiste,
No vuelvas luego implorando  perdón.
Le digo a esa otra que ganó.
Caro pagarás lo que me hiciste,
Añorando a la que nunca te valoró.

Tu no quieres estar conmigo.
Ciego estas por los recuerdos del ayer.
Tenias mi verdadero amor,
Que valía mas que cualquier querer.
Y preferirse irte tras una ilusión
De otra que nunca te quiso como yo


Red de mentiras

Capitulo 26
Red de mentiras
Salgo del trabajo, me despido de mis compañeras Guadalupe y Leyla, de mi jefa Mayra y mis patrones, Sonia la gerente y Lisandro, el dueño Gay de la financiera y de todas las sucursales.
Salgo por la puerta, en la entrada de la estación, me saluda a lo lejos, Alexis, el chico del disfraz de zorro. Me intriga por donde andará la pequeña niña que siempre juega por la plaza.
Mí primera prueba del sonido en el estudio de grabación salió muy buena. Valentín me acompañó, pero no se veía muy cómodo de estar ahí. Criticaba desde mis pistas para cantar hasta el sonido o la condición del estudio. Me hacia pasar vergüenza.
Hoy este día espero sea menos denso que el anterior. Valentín no me acompaña hoy: extrañamente anda ocupado y no sé en qué, y me sigue faltando dinero de la cajita donde guardo para los gastos. Pero ya grabé cuatro temas para mí porfolio y el director Emilio Torres, está muy contento con mis logros. Ya están sonando en las radios mis cuatro temas. Dice que mañana salgo en un nuevo programa de TV. Le dije la noticia a Valentín y reaccionó disconforme. Le escribí a mí amigo Ángel, se puso muy feliz por mí: dice que va a verme por la televisión. Valentín hizo un gesto de desagrado, se envolvió en la manta de dormir que yo hice con mis propias manos, y se durmió dándome la espalda. Algo me dice que debo prepararme para partir.



El otro lado de la máscara

Capitulo 25
Del otro lado de la máscara
Voy como de costumbre al trabajo. Aunque le pedí a Valentín si me podía llevar, el sostiene con mil argumentos diferentes que no me puede llevar porque el auto está descompuesto. Dice que se la pasa todo el tiempo en el garaje arreglándole mil cosas, y me resulta una conducta muy extraña. Además hace rato que, al abrir mi mesita de luz, noto que me falta dinero en la cajita donde guardo para los gastos del día y Valentín dice que él no lo tomó. Eso lleva a discutir largas horas y al final, la culpable Siempre dice que soy yo.
Un productor musical me ofreció grabar mi primer disco, y manejar mi carrera. El sábado a la tarde tengo mi primera prueba de sonido en el estudio de grabación. Pero Valentin se enojó conmigo y no quiere que vaya. No sé alegra por mi. Y me pregunto a mi misma, como la persona que antes era tan dulce y que tanto decía que me amaba, ahora se ve más distante. Debe ser que algo le debe preocupar.
No obstante, voy contenta a mi trabajo. A veces me mandan a la estación y a mis otras dos compañeras, a Guadalupe la mandan a pegar carteles, y a Leyla, la mandan a repartir los volantes bajo las puertas, y, como de costumbre, va quejándose.
En la estación hice nuevos amigos tan bizarros como yo.  Entre ellos está Dorita: la señora indigente, que, va caminando encorvada y con sus ropas sucias por las calles, discutiendo con alguien invisible. Nadie le habla pero yo siempre le saludo, y ella me sonríe.
Hay una pequeña niña, que, en horarios en los que debería estar en la escuela, juega en la plaza y persigue a las palomas. Es regordeta y tiene rizos en el cabello. Me recuerda a mí de niña. Me pregunto que estarán haciendo los papás en este momento?
Está también el chico Furry Fandom, que viste un traje de zorro gris de peluche y que reparte volantes de la tienda de ropa para bebés. Se llama Alexis pero se hace llamar Fo-xy Rock. Y no es su traje reglamentario el de vestirse de zorro gris para repartir volantes, sino que es un zorro porque le gusta y porque el es feliz así. Pero me late, que, en pleno verano se debe sudar como un pollito rostizado dentro de ese elaborado fursuit. Se quitó una vez la máscara y es un chico lindo y parece aún más tierno que su disfraz. ¡Transpiro yo también!
Estaba repartiendo volantes, y una voz familiar me dice por detrás:-¡ No puedo creerlo! ¿Vos sos la de la televisión?
Volteo la mirada y era Ángel, el chico de la secundaria, con su bicicleta y su guitarra a cuestas. Nos saludamos con un gran abrazo. Le conté cómo me había ido en mi vida y de mi felicidad. Le prometí que iba a invitarlo a nuestra casa a cenar, junto a Valentín y a mí. Luego, mi jefa, Mayra, me retó por verme hablando con la gente en lugar de repartir volantes. Y Valentín cuando le conté de mi encuentro con mi viejo amigo y si podría cenar con nosotros, se puso celoso y se enojó. Esa noche nos fuimos a dormir sin hablar. De todas mis dudas pendientes quedaron mil preguntas sin responder. Yo voy pensando que, al final, esta relación debería terminar y cuánto ante se lo debo decir: este amor y sus mentiras me hacen mal.



Felicidad

Capitulo 24


Felicidad

Parece mentira,
Pero en verdad:
Me despierto
 y tú a mi lado estás.
Miro al sol de la mañana,
A través de mi ventana.
Saludo a la vida,
Le canto a la felicidad.
Tus besos me conforman,
Para iniciar un nuevo día.
Por las noches,
Tus brazos me arrullan.
Creo estar soñando,
Y no quiero despertar.
El destino nuevamente
Ha unido nuestros caminos.
De tu mano, por el mundo,
Siempre quiero caminar.