Bicho raro de la clase
Queridos Compañeros de la Escuela de Bizarros:
Hoy inicio mi primera clase en la escuela Santa Gertrudis, de humanos. Los extraño. No creo que la Directora Marimacho me revoque la expulsión, así que, no me queda otra alternativa que terminar mis estudios secundarios aquí.
En esta escuela me llama por mí nombre humano Giselle Darlene, y no La Novia Cumbianchera.¡ Es un alivio: no me gusta que me llamen Novia Cumbianchera! Y calculo que no vieron el programa donde canté: mejor así. No obstante: no sé que me ven de raro, y al cabo que estoy usando el mismo uniforme que todos usamos. Voy el pasillo y escucho murmuros a mis espaldas, comentando sobre mí. Será que por más que me vista como ellos, no puedo quitarme mí naturaleza bizarra? Soy diferente por más que me camufle como ellos, y brillo con mí propia luz. Siento en mi interior, que, tengo mucho para dar y que puedo alguna vez lograr algo bueno que deje mi huella en la historia de la humanidad. Pero veo que los demás no lo miran así. A la hora de elegir un compañero para compartir el pupitre, todos decían: “ya está ocupado”, “no hay lugar”, o “correte tonta”. Hasta que vi una niña que parecía bizarra como yo, y aceptó que me sentará con ella; se llama Lily. Usa muletas y su rostro es distinto. Todos también la miran rara y le dicen: discapacitada o tonta; yo no la veo así. Yo la veo muy buena, y con mucha capacidad de lograr sus metas y sueños. Y desde ahora es mi amiga y en lo que necesite voy a estar con ella hasta el final.
Me gustan mucho los chicos varones de está institución. No visten con disfraz que representa su poder o capacidad, simplemente ese aburrido uniforme de camisa blanca, corbata roja y pantalón gris que forma parte del uniforme de los varones. Y las chicas vestimos de camisa, una corbata roja, y, por encima, un incómodo jumper gris.
Hay un chico que me gusta. Tiene ojos azules, usa su uniforme de manera desarreglada, es solitario y toca la guitarra. Quiero hablarle pero siempre me ignora, o me contesta de manera evasiva. Su nombre es Ángel . Es un chico Bizarro pero aún no lo sabe, y llama mucho mi curiosidad.
De las chicas del grupo de las populares, Solange es la más irritante. Me viene con su patota de chicas, de manera altanera. Todas me rodean, y con una sonrisa irónica me pregunta: - ¿y vos no tenés novio? Ya tranzaste?
Yo pienso: ¡que pregunta tan estúpida! Le contesto: - si, tengo novio, se llama Valentín.
Todas ríen burlonamente. Me dicen: - no te creoooo. – Solange, pasa al lado mío golpeándome con el hombro y se aleja. Le siguen las demás de su tribu, me dan la espalda y caminan detrás de ella como si Solange arriara ganado. Me recuerda al tirano de Francisco, mí Bully de mí escuela anterior, pero mujer.
Las materias del Instituto Santa Gertrudis son muy distintas a las que se enseñan en la Escuela de Bizarros. Las matemáticas son complicadas y aburridas. Y a diferencia de nosotros, que estudiamos “Historia de los Bizarros”, ellos estudian una materia que, simplemente se llama Historia. Dicha materia muestra la historia de la humanidad pero como dice una de mis canciones favoritas, marcada por guerras, pero, nada nos enseñan de amor.
En la clase de gimnasia, accidentalmente me caí y me raspé las rodillas. Por primera vez aprendí que de una herida, me brota sangre, de la rodilla…¡¡¡ como los humanos!!! ¡Estoy sangrando como ellos, y luego he descubierto que no sólo se sangra de por ahí… si!¡ No solo de por ahi… ¡Es asombroso! En convivencia con los humanos ,¿estaré adquiriendo las propiedades de los mismo?¿ O tal vez mí cuerpo estará evolucionando hasta convertirme en uno de ellos?
Una ola de burlas de mis compañeros y comentarios ofensivos brotan en torno a mí caída. Aguas tibias y con el sabor del mar, brotan por mis ojos: se llama llorar. Y en el fondo de mi pecho, siento un gran vacío, más doloroso que la herida de mí rodilla, como nunca antes sentí. ¿Que me está pasando? ¿Quien no se ha sentido humano?¿ Y quien no se ha sentido bizarro alguna vez?
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