martes, 10 de marzo de 2020

Rompecabezas

Capitulo 30


Rompecabezas
Me levanto esta mañana ni bien suena el despertador. Valentín ya no está durmiendo a mí lado y mi cama parece enorme sin él.
Me preparo el mate. Me siento frente a la mesa y Valentín no está sentado frente a mí. Me siento agonizando por una profunda herida de muerte desde que él no está conmigo.
Llego al trabajo. Están todo el equipo presente conversando entre ellos: mis dos compañeras, Guadalupe y Leyla, mí supervisora Mayra, la gerenta Sonia. Y, en especial, Lisandro, el dueño gay de la empresa, se da vuelta y, con su voz chillona, me saluda alegre: -¡ Ay!¡ Llegó la publicista! ¡Llegó la publicista! ¡Felicitaciones linda!¡ Te vimos por TV y le hiciste publicidad a la empresa!
Todos se me acercan y me felicitan. Yo sonrío y finjo estar bien, pero en el fondo estoy destruida por dentro.
Voy a repartir volantes, me saluda desde el otro lado de la estación de Morón el chico Furry Fandom vestido de zorro gris con los brazos estirados hacia arriba, en una mano los volantes. Yo lo saludo y finjo una sonrisa.
En la calle todos me reconocen y me felicitan por mi participación en el programa de TV. Yo todavía no caigo. Pasa Dorita, la señora linyera que habla sola por la calle, me dice: te vi en la tele de un bar! Saluda y sigue caminando.
Se me acaban los volantes, voy a la sucursal. De ahí me mandan a hacer un mandado, a pagar una boleta de un servicio. La chica de la caja me dice: -¡ Disculpa!¿ Sos la Novia Cumbianchera? – yo asiento, la chica grita de alegría y se mira con su compañera de caja. Gritan las dos. Yo sigo sin caer en la realidad. Siento mucho dolor en el pecho.
Vuelvo a repartir en la estación.  Pasa la pequeña niña que siempre juega sola por la plaza. Y me dice: - Te vi en la tele: ¡¡¡saliste gorda!!! – y me saca la lengua.
Yo le digo: - Niña, ¿donde están tus papás?
La niña responde: -¡ Yo no hablo con extraños! ¡¡¡Gorda!!! – me pasea la pantorrilla y se va cantando mi canción burlonamente, dejándome dolorida y maldiciendo en mil palabrotas diferentes. Le veo alejarse y se le acerca el padre, un chico vestido de gótico que parece Drácula y le dice: - ¿¿¿Donde estabas Bettina??? Te estuves buscando por todas partes. – y se alejan, el retado a la niña y ella protestando y haciendo berrinches ruidosos.
En mi mente vienen dulces recuerdos de mi papá Don Himeneo y yo de niña: él colunpiandome en la hamaca de la plaza; el enseñándome a leer y a hacer las tareas, el retandome por hacer travesuras, el enseñándome a andar en bicicleta.
Esa tarde le llamo de un teléfono celular, al llegar a mí departamento - Hola padre: soy Darlene. Estoy trabajando en una financiera, vivo en un hermoso departamento de Morón. Me viste en la televisión.
Pasamos hablando un largo rato con mi padre, que ya no me habla con voz ruda y con reproches. Se oye triste y a la vez sorprendido. Me dice que me vio en la televisión. Que siempre seré su hija, y que siempre estará orgulloso de mí. Eso resulta un alivio a mí pobre corazón.
Suena el timbre, Ángel viene ahora a visitarme casi todas las noches. Ya se graduó de la escuela y está por poner un negocio de comidas. Así que, como soy muy mala en la cocina, me enseña a cocinar y cocinamos juntos. Trae unas cervezas y su guitarra y cantamos juntos toda la noche.
Pasan los días y no sé nada de Valentín.  Llamo a su celular y no responde.  Se me ocurre localizar por las redes sociales a la hija mayor que vive en España, preguntándole si su padre se encontraba bien, y diciéndole que yo era una mujer educada, trabajadora y decente, y que mis intenciones eran buenas porque lo amaba de verdad; además le dije que ella no tenía ningún derecho a hablarle mal de mí porque me consideraba muy joven para él.  A lo que ella me contesta: - Mi padre nunca vino a visitarme a España.  Simplemente me comentó que tenía un asunto por resolver, pero nunca me dijo que era contigo.  ¡ Yo no sabía que tú existías! Llámalo y arreglen entre ustedes, yo nunca supe de ti.
Mi alma se rompe en mil pedazos: ¡Otra mentira más! ¡Entonces, que Valentín me amaba era todo una mentira!. Con furia volví a llamar al celular y sonaba apagado.  Hasta que, al salir del trabajo, llego triste y muy cansada a mi departamento de Morón.  Me espera Ángel en la puerta, sonriente, con una bolsa con dos botellas de cerveza. Le cuento de lo que descubrí al comunicarme con la hija mayor de Valentín, que todo era una mentira.  Él me abraza y me dice que me calme y que siempre voy a tener un amigo en él.  Subimos al departamento, y para mi peor sorpresa, todo mi departamento está desacomodado y revuelto, mi ropa sacada de la cómoda y tirada en el suelo, mis elementos de cocina sacados de la estantería, mis platos rotos. Ángel, sorprendido como yo mira a su alrededor, el caos en que he encontrado mi casa.  Alguien ha entrado, algún ladrón.¡ Y me faltaba otra vez dinero!
Suena mi celular; del otro lados está Valentín diciendo :- ¡Vamos a hablar de Derechos! Yo te he prestado la garantía y vos sólo pagaste el alquiler y los impuestos, por lo tanto la casa es mía, y puedo entrar a la casa cuando a mi se me cante, inclusive ahora, pero tenés completamente prohibido traer visitas y hacer tus necesidades en la misma.  Respeta la casa porque es mía.
Yo le respondo: - ¡Pero es mi casa, mi alquiler! ¡Está con mi recibo de sueldo y yo soy la única que paga el alquiler!
-¡Estás con un hombre en la casa, y nadie que no sea yo podrá tenerte! ¡Te estoy vigilando!
Ángel escucha mi discusión y se preocupa al ver mi cara aterrorizada.  Suena un auto afuera.  Miro por la ventana. ¡Es Valentín en su auto, que había entrado a mi casa con una copia de llaves que yo no conocía, y había procedido a romper mis cosas, y que ahora me está vigilando!
 Ángel baja indignado, corre hacia el auto de Valentín.  Yo le corro por detrás intentando apaciguarlo. Mete la mano por la ventanilla del auto de Valentín, le toma de cuello y le dice: - ¡Ya déjala tranquila a Darlene! ¡Dejála rehacer su vida! ¡Si tuvieras un poquito de dignidad, le dejarías conservar la garantía y la dejarías vivir en paz! ¡Cobarde!
Valentín se libera de las manos de Ángel, pone primera en el auto y sale escapando a toda velocidad, perdiéndose en la oscuridad de la noche.  Más tarde, Ángel me lleva a la comisaría de la mujer de Morón para hacer la denuncia, y para mi mayor sorpresa, la señora policía me atiende de mal humor y con mirada de “No me importa”. Me toman la denuncia, aunque salgo insatisfecha con la forma en que me atendieron. En la denuncia le han dictado una Perimetral a Valentín, que, dentro de tres meses no podrá comunicarse conmigo ni acercarse a mí.  Me causa mucho dolor al llegar a tomar esta medida, y más dolor que, la persona que tanto decía que me amaba, al final todo el tiempo me mentía y estaba jugando conmigo.  Pero, he encontrado un nuevo amigo.  ¿Quién iba a pensar que ese muchacho de la secundaria con el que me llevaba tan mal, iba a ser el mejor amigo que podía tener?

Al otro día, que es sábado, me toca hacer otro programa de televisión. Recolecto cada pedazo de mi ser y mi corazón herido y me preparo. Ángel me acompaña al canal. Llega mi turno de cantar, subo al escenario. Ángel me da fuerzas mirando detrás de las cámaras. Los conductores me anuncian: - Y ahora cierra el programa, Giselle Darlene La Novia Cumbianchera!!! Y empiezo a cantar.












Dulce y amargo

Capitulo 29


Dulce y amargo
Llego a la parada del colectivo. Valentín me espera en la parada. Lo abrazo y beso apasionada y llena de felicidad. Digo:- ¿me viste en televisión?
El me dice con voz ronca: - Si. Tenemos que hablar.
Yo, intrigada y a la vez viéndome venir lo peor, camino a su lado en silencio. Entramos al departamento, abro la heladera. Saco dos vasos y nos sirvo un trago fresco.
Valentín se sienta en la cama y me dice: - Me estuve sintiendo muy mal de salud últimamente. Fui a un doctor amigo y tengo que comentarte un consejo que me dio.
Yo, muy preocupada le pregunté: - ¿Que pasó, amor mío? ¿Estás bien?
El prosigue: - Fui a visitar a un Doctor amigo. Le conté que me había separado hace un tiempo de mí esposa, que te conocí a vis y que nos fuimos a vivir juntos. El me dijo esa chica te va a salvar la vida… - hizo una pausa- Te va a salvar la vida, si se aleja de vos – levanto la vista con un rostro altanero – para siempre!!! Me dijo que, por mí salud, tenía que romper con esta relación, y que, si me querías, me ibas a entender! Voy a comer a mí casa. Lo hago por mis hijas!
Yo, ya cansada hace rato, respondo enojada y sin medir consecuencias: - Mirá Valentín! Ya me cansaste con tus mentiras! Vas a volver con tu mujer? Todo este tiempo que, supuestamente te ibas al taller a arreglar el auto, te veías con tu mujer? Viniste a vivir una vida conmigo! Viniste a vivir una vida conmigo!
El dice con voz ronca: - Lo hago por mis hijas!
Yo contesto: - Eso es mentira. No es por tus hijas. Vos sos el que quiere volver con su mujer. Si no eras feliz conmigo, si nunca me amaste, solo tenías que decírmelo y venir de frente y con la verdad!
Él sostiene aún más su mentira: - Por favor, entenderme! Yo me voy a vivir solo! Con mis hijas.
-En la casa donde vive tu mujer! – le digo y lo miro fijo. El baja la mirada.
Continúa: - Además, me llamo mí hija mayor de España, que se enteró de lo nuestro. Me dio el consejo que me vaya un tiempo para allá a pensar. Dijo que eras muy joven para mí. Me dijo que si me querías lo ibas a entender…
Yo, finalmente, perdí los estribos: - Otra mentira más??? Querés irte? Pues andate! – entrada completamente en irá. Arranque la compactera en donde ponía los discos para ensayar y la derribe contra el suelo, partiéndose en mí añicos. Tomé su micrófono y se lo arrojé por la cabeza. Él lo esquivó, y éste chocó contra la pared.
Valentín tomó su abrigo y se fue. No se veía para nada arrepentido.   Le dije antes de cerrar la puerta: - Deja las llaves en portería y vete.
Luego Valentín se fue por esa puerta y no volvió nunca más. Sentí un gran vacío dento de mí alma y dentro de mí corazón.





El nuevo programa de TV

Capitulo 28


El programa de televisión
Desperté con el reloj. Preparé el desayuno y nos sentamos a la mesa sin hablar. Armo una bolsa aparte con mi vestido blanco para ir filmar el programa de televisión, y el tul de novia de mi mamá, con el cual empecé a cantar. Del trabajo me voy directo al canal de televisión a filmar el programa. Estoy muy ansiosa y feliz de cumplir mi sueño. Valentín no me presta atención. Dice que me va a ver desde la televisión. Solamente me acompaña a la parada del colectivo y me saluda con un beso frío que me da mucho que pensar, y que deberé hablar, sin falta cuando vuelva.
Salgo del trabajo. El día no podría ir mejor: llegamos al objetivo de las ventas antes de terminar el mes y en la financiera están todos felices.
Voy al canal. Me recibe la productora y me lleva camarines con otros artistas. Es un hermoso lugar, con un gran espejo rodeado de luces y un mostrador para maquillarme. Me visto con mi vestido blanco. La productora me lleva al peinador y luego a la maquilladora. En unos minutos voy a entrar al aire. Siento nervios.
Me toca entrar al estudio.  Entro al aire, el con los demás cantantes. El conductor nos pregunta a cada uno, nombre, edad, barrio y a que nos dedicamos. Llega mi turno, digo mi nombre Giselle Darlene. Edad 18 años ya cumplidos. Barrio: Moron. A qué me dedico? Reparto volantes en una financiera. El conductor, chistoso me dice: - Pero que dice el volante? Que dice?.
Yo, nerviosa, le respondo:- MisterCred.- y mis compañeros de la financiera, que están mirando el programa en vivo, pegan un grito de alegría.
Me vuelve a presentar el conductor: - y aquí canta, Giselle Darlene ¡ La Novia Cumbianchera! – suena mí música y empiezo a cantar. Termina mí canción. Todos me aplauden.








Tú no quieres estar conmigo

Capitulo 27
Tú no quieres estar conmigo

Tu no quieres estar conmigo:
Cuando dices que me amas,
Tus palabras vuelan al viento,
Como una plegaria a ella,
Pidiendo que vuelva.

Cuando duermes, sueñas con ella;
Cuando me haces el amor
La buscas a ella en mi cuerpo,
Sin pedir perdón.

Hoy tomaré mis maletas,
Y partiré con rumbo desconocido.
Llevo el corazón destrozado,
Y en mi alma un gran vacío.
Ya que nunca me quisiste,
No vuelvas luego implorando  perdón.
Le digo a esa otra que ganó.
Caro pagarás lo que me hiciste,
Añorando a la que nunca te valoró.

Tu no quieres estar conmigo.
Ciego estas por los recuerdos del ayer.
Tenias mi verdadero amor,
Que valía mas que cualquier querer.
Y preferirse irte tras una ilusión
De otra que nunca te quiso como yo


Red de mentiras

Capitulo 26
Red de mentiras
Salgo del trabajo, me despido de mis compañeras Guadalupe y Leyla, de mi jefa Mayra y mis patrones, Sonia la gerente y Lisandro, el dueño Gay de la financiera y de todas las sucursales.
Salgo por la puerta, en la entrada de la estación, me saluda a lo lejos, Alexis, el chico del disfraz de zorro. Me intriga por donde andará la pequeña niña que siempre juega por la plaza.
Mí primera prueba del sonido en el estudio de grabación salió muy buena. Valentín me acompañó, pero no se veía muy cómodo de estar ahí. Criticaba desde mis pistas para cantar hasta el sonido o la condición del estudio. Me hacia pasar vergüenza.
Hoy este día espero sea menos denso que el anterior. Valentín no me acompaña hoy: extrañamente anda ocupado y no sé en qué, y me sigue faltando dinero de la cajita donde guardo para los gastos. Pero ya grabé cuatro temas para mí porfolio y el director Emilio Torres, está muy contento con mis logros. Ya están sonando en las radios mis cuatro temas. Dice que mañana salgo en un nuevo programa de TV. Le dije la noticia a Valentín y reaccionó disconforme. Le escribí a mí amigo Ángel, se puso muy feliz por mí: dice que va a verme por la televisión. Valentín hizo un gesto de desagrado, se envolvió en la manta de dormir que yo hice con mis propias manos, y se durmió dándome la espalda. Algo me dice que debo prepararme para partir.



El otro lado de la máscara

Capitulo 25
Del otro lado de la máscara
Voy como de costumbre al trabajo. Aunque le pedí a Valentín si me podía llevar, el sostiene con mil argumentos diferentes que no me puede llevar porque el auto está descompuesto. Dice que se la pasa todo el tiempo en el garaje arreglándole mil cosas, y me resulta una conducta muy extraña. Además hace rato que, al abrir mi mesita de luz, noto que me falta dinero en la cajita donde guardo para los gastos del día y Valentín dice que él no lo tomó. Eso lleva a discutir largas horas y al final, la culpable Siempre dice que soy yo.
Un productor musical me ofreció grabar mi primer disco, y manejar mi carrera. El sábado a la tarde tengo mi primera prueba de sonido en el estudio de grabación. Pero Valentin se enojó conmigo y no quiere que vaya. No sé alegra por mi. Y me pregunto a mi misma, como la persona que antes era tan dulce y que tanto decía que me amaba, ahora se ve más distante. Debe ser que algo le debe preocupar.
No obstante, voy contenta a mi trabajo. A veces me mandan a la estación y a mis otras dos compañeras, a Guadalupe la mandan a pegar carteles, y a Leyla, la mandan a repartir los volantes bajo las puertas, y, como de costumbre, va quejándose.
En la estación hice nuevos amigos tan bizarros como yo.  Entre ellos está Dorita: la señora indigente, que, va caminando encorvada y con sus ropas sucias por las calles, discutiendo con alguien invisible. Nadie le habla pero yo siempre le saludo, y ella me sonríe.
Hay una pequeña niña, que, en horarios en los que debería estar en la escuela, juega en la plaza y persigue a las palomas. Es regordeta y tiene rizos en el cabello. Me recuerda a mí de niña. Me pregunto que estarán haciendo los papás en este momento?
Está también el chico Furry Fandom, que viste un traje de zorro gris de peluche y que reparte volantes de la tienda de ropa para bebés. Se llama Alexis pero se hace llamar Fo-xy Rock. Y no es su traje reglamentario el de vestirse de zorro gris para repartir volantes, sino que es un zorro porque le gusta y porque el es feliz así. Pero me late, que, en pleno verano se debe sudar como un pollito rostizado dentro de ese elaborado fursuit. Se quitó una vez la máscara y es un chico lindo y parece aún más tierno que su disfraz. ¡Transpiro yo también!
Estaba repartiendo volantes, y una voz familiar me dice por detrás:-¡ No puedo creerlo! ¿Vos sos la de la televisión?
Volteo la mirada y era Ángel, el chico de la secundaria, con su bicicleta y su guitarra a cuestas. Nos saludamos con un gran abrazo. Le conté cómo me había ido en mi vida y de mi felicidad. Le prometí que iba a invitarlo a nuestra casa a cenar, junto a Valentín y a mí. Luego, mi jefa, Mayra, me retó por verme hablando con la gente en lugar de repartir volantes. Y Valentín cuando le conté de mi encuentro con mi viejo amigo y si podría cenar con nosotros, se puso celoso y se enojó. Esa noche nos fuimos a dormir sin hablar. De todas mis dudas pendientes quedaron mil preguntas sin responder. Yo voy pensando que, al final, esta relación debería terminar y cuánto ante se lo debo decir: este amor y sus mentiras me hacen mal.



Felicidad

Capitulo 24


Felicidad

Parece mentira,
Pero en verdad:
Me despierto
 y tú a mi lado estás.
Miro al sol de la mañana,
A través de mi ventana.
Saludo a la vida,
Le canto a la felicidad.
Tus besos me conforman,
Para iniciar un nuevo día.
Por las noches,
Tus brazos me arrullan.
Creo estar soñando,
Y no quiero despertar.
El destino nuevamente
Ha unido nuestros caminos.
De tu mano, por el mundo,
Siempre quiero caminar.

Fugitivos del amor

Capitulo 23


Fugitivos del amor
Queridos compañeros de la Escuela de Bizarros:
Hoy es el día más feliz de mi vida. Valentín y yo decidimos ir a vivir juntos. Alquilamos un hermoso departamento en el Barrio de Morón, muy cerca de la estación. Es luminoso, y por las mañanas, se asoma el sol por la ventana. Despertamos y hacemos el amor.
El cómodo mono ambiente tiene una pequeña cocina donde le preparo los desayunos a mi amor todas las mañanas, antes de irme a trabajar.  Valentín me acompaña hasta la parada del colectivo; cuando llego del trabajo, me espera y volvemos a nuestro nuevo hogar. No sé por qué, teniendo el auto, no quiere llevarme el mismo! Le pregunto y dice que está descompuesto: me parece muy raro.
Les cuento que conseguí un trabajo como promotora en una financiera llamada MisterCred. Mi uniforme es una remera y gorra celeste, con el logo de la empresa y calzas haciendo juego. Mi trabajo es repartir los volantes a los transeúntes de las avenidas principales, y pegar carteles en los postes de luz y semáforos. También me están enseñando, -para los días de lluvias, que no podemos salir a promocionar - a llamar a clientes ofreciéndoles nuevos créditos, a responder las consultas de Whatsapp, o llamar a cobranzas. Me gusta aprender cada vez más. Tengo dos compañeras que trabajan conmigo: Guadalupe la tímida, que se ríe de mis chistes, y  Leila la que siempre se queja y no quiere mucho trabajar. Creo que es el inicio de una linda amistad.
Me han hecho sentir bienvenida desde el principio y me siento realizada al tener un empleo y al amor de mí vida a mi lado.
Por las tardes, llego a nuestra nueva casa, lleno la bañera con agua tibia y rosas, prendo velitas aromáticas y nos damos juntos un baño de inmersión. Hacemos el amor.
Luego cocino, aunque no soy muy buena cocinera, pero Valentín me tiene paciencia y se lo come con gusto, dándome todo su apoyo. Eso me llena de satisfacción. Lavo los platos… luego volvemos a hacer el amor.
Los domingos voy a correr a la plaza y a hacer ejercicios para bajar mi figura que siempre fue regordeta, y verme más linda para él. Pero él dice que el domingo visita a sus hijas. Eso me incomoda un poco. Pero, intento comprenderlo, y lo espero al mediodía con algún disfraz erótico. Volvemos a hacer el amor.¡ Me siento una máquina!

Con mi primer sueldo, que es poco, compré unos muebles muy antiguos, y los pinté de negro para que parezcan del mismo juego. Limpio y decoro para que cada vez se vea más bello nuestro nidito de amor. Es el Valentín y es el amor, el motorcito que me da la fuerzas para seguir adelante y dar lo mejor de mí y ser cada día mejor.




Historias Bizarras de amor 2

Capitulo 22
Historias Bizarras de amor
 María Josefa Ezcurra conoció a su gran amor, nuestro prócer Manuel Belgrano cuando acompañaba a su papá en el consulado pero, ella ya estaba casada. Ella no lo dudó un segundo, y viajo lejos hacia él, acompañándolo a sus batallas. Hubo un hijo fruto de ese amor, pero, tristemente, Maria Josefa le dio la crianza del niño a su hermana Encarnación Ezcurra y a su cuñado Juan Manuel de Rosas. Luego, Manuel Belgrano y María Josefa Ezcurra, se separaron para siempre, y nunca se volvieron a ver.
El segundo gran amor de Manuel Belgrano fue María Dolores Helguera. Los papás de María Dolores la obligaron a casarse con otro hombre que ella no amaba y que luego la abandonó. Entonces el destino los volvió a unir, naciendo una hija fruto de ese gran amor.

La triste despedida

Capitulo 21
La triste despedida

Llego a mi casa llorando, ignoro a mi abuelita y a mi hermanito Priapo. Y esa noche, me encierro en mi habitación y no ceno.
Mi abuelita Afrodita me dice a través de la puerta:- no llores niña mía.
Y mi padre, Don Himeneo, que ni si quiera me habla, comenta con voz rugiente: - ¡que aprenda!
Es de noche y no podía dormir. Hasta que, de golpe, piedritas empiezan a golpear en el vidrio de mi ventana.
Asomo mi cabeza por la ventana, veo a Valentín, vestido con su extravagante traje de show y sus ojos azules rogándome compasión. Su cabello platinado reluce bajo la luz de la luna.
Dice: - Darlene, amor mío: ahora soy libre.¡ Dame una oportunidad y sé que te puedo hacer feliz!
Yo susurro: - ¡Que hacés aquí? ¡Mi papá nos puede descubrir!
Él responde: - Márchate conmigo, quiero estar a tu lado hasta que me muera. Baja por favor y conversemos o te juro que grito, subiré a buscarte y a hablar con tu papá.
Yo le digo: - No lo hagas!
Él camina rápido hacia la puerta del edificio y se detiene en la entrada mirándome desafiante.
Yo digo: -¡ Ahí bajo, pero, por favor, guarda silencio! Ahí bajo.
Hablamos una hora dentro de su auto. Me cuenta o, mejor dicho, me convence, que el rumor que era casado no era cierto. Que si estuvo casado un tiempo y que por sus niñas no se separaba, hasta que un día decidió dar fin a su matrimonio, y se separó. Dice que ahora es libre para amar. Yo desconfío, mí cerebro dice NO, pero al final le creo… una parte de mí quiere creerle…
Finalmente, me mira firme con sus ojos azules y me insiste: -¡ No lo dudes!¡ Márchate conmigo!
Yo accedo. Le digo que me espere. Trepo por el árbol que da a mi habitación. A las apuradas armo un bolso con lo básico, un par de remeras, pantalón, una muda de calzado, ropa interior. Me topo con el tocado de novia de mí mamá que usé para el casting y el programa de TV, lo beso, y lo guardo en mi bolso con el resto. Me pongo un abrigo.
Camino despacito por el pasillo de mí casa, escuchando los ronquidos de mi papá Don Himeneo. Voy hacia el cuarto de mi hermanito Priapo. Me acerco a su cuna y, suavemente lo beso, tal como recuerdo ese beso que me dio mi mamá, mientras yo dormía, y que luego se fue para nunca más volver. Yo pensé que soñaba ese beso. En el sillón de al lado, duerme como una estatua mi abuelita Afrodita, con la boca abierta sin dentadura.
Me vuelvo por el pasillo hacia mi habitación. Tiro mi bolso por la ventana. Valentín lo atrapa desde abajo. Miro hacía atrás con mirada triste digo:- ¡Adiós!
Bajo por el árbol que da a mi habitación. Valentín me toma de la mano, corremos hacia su auto. Mientras me voy, con rumbo desconocido, miro por última vez lo que era mi casa en Lacarra y Directorio, barrio de Mataderos. Estoy repitiendo la misma historia que vivió mi mamá.¿ Se habría fugado por amor? La falta que me haría ahora sus consejos en esta, la que yo creía la mejor decisión de mi vida.




Definitivamente no va más. Aurora Giselle Romina Castillo Vargas


Capítulo 20

Definitivamente no va más
Entro a clases. Un nuevo día de escuela. Todavía sigo pensando en el e-mail que me envió Valentín y vuelven a mí nostalgias de recuerdos felices a su lado, de la que yo creía “mi gran historia de amor”. Solange me mira sonriente sin decir nada. Es raro que esté muy amable hoy. Sé que nunca voy a poder volverlo a ver, aunque lo desee con todo mi corazón.
Nos toca exponer los trabajos prácticos sobre la bulimia y anorexia. Nos tocó a Lily y a mí, hablar sobre la monografía que estuvimos haciendo ayer. La profesora nos pone un siete de calificación. Pasan varios grupos más que expusieron su ensayo. Hasta que le toca a Solange, que empieza a proyectar un vídeo en la pantalla de protecciones.
Para mí sorpresa y la sorpresa de todos, empieza a reproducirse en la pantalla de la TV plasma, el programa de televisión del conductor Valentín, donde por primera vez me tocó cantar. Y justo en la parte donde Valentín me presenta como Giselle Darlene La Novia Cumbianchera. Solange me señala con el dedo y dice burlona:¡ La Novia Cumbianchera! - todos empezaron a reír.
Corriendo y, completamente humillada salgo del aula. Voy al baño de mujeres, y sentándome en el suelo frío, lloro desconsoladamente. Qué crueles son los seres humanos! No puedo creer que puedan ser capaces de tanta maldad! Maldigo con toda mi alma el día, que, por la fuerza me metieron aquí, y este horrible sitio desde entonces, se ha transformado en una terrible prisión. Y maldita es esta cualidad humana qué he adquirido: el llanto, lágrimas de dolor, más dolor el que siento muy dentro de mi alma.
La rectora, la monja Margarita, nos reune a Solange y a mi para retarnos, y darnos un largo discurso sobre la Biblia y el amor al prójimo. Atrás de su sillón, se puede ver un veatraux con la estirpe de Santa Gertrudis con un gato en sus brazos. Dicho sermón, que resultó inútil, para mi y para Solange, ya que  ella mira indiferente mientras mastica chicle. Termina el sermón, sale Solange de la dirección, se reune con sus cómplices que la espera en la puerta, y se van riendo a carcajadas por las escaleras.
Al terminar la jornada, a la salida todos me cantan burlonamente -“La Novia Cumbianchera” “La Novia ramera”- O dicen cosas hirientes como: - ¡que mal que cantas! ¡Que gorda te ves en la televisión! O, ¿con cuántos te acostaste para salir en la TV?
Ángel me mira de lejos y me dice :- No les hagas caso. No valen la pena.
Yo bajo la mirada y voy corriendo a mi casa.

El circo de la Hipocresía Giselle Romina Castillo Vargas

Capítulo 19
El circo de la hipocresía

Abro mi correo electrónico desde la computadora del colegio. Salta un mensaje: - “Te extraño a horrores. Necesito verte. Tengo tanto que explicarte. Por favor, no piense mal de mí. Firma Valentín”.
Mi papá, Don Himeneo, me quitó el celular como castigo, primero por hacer el casting sin su permiso, y luego salir en la televisión en ese programa del conductor Valentín, que dio origen a mi carrera artística. Luego por tener un romance  con el mismo conductor Valentín, que dio pie a un problema mediático, que, por dar mal prestigio a la Institución, hizo que me expulsaran de la Escuela de Bizarros. Esta es la razón por la cual ahora estoy terminando mis estudios en este raro colegio de humanos llamado “Instituto Santa Gertrudis”. Mi papá, hace semanas no me habla ni se sienta a la mesa a cenar conmigo, y eso es triste. No sé cuánto tiempo durará su enojo, pero parece una eternidad. Mi abuelita Afrodita dice que pronto el enojo se le va a ir. Y, para colmo, ahora recibo un mensaje de Valentín! Suena el timbre. Tomo mi carpeta y vuelvo a clases.
Llego al aula, me siento junto a Lily. No me sorprende para nada ver a Solange sentada al fondo con sus amigas, igual de falsas como tuella, murmurar, burlarse y mirarme. Solo que ahora me miran fijo, miran el teléfono celular, vuelven a mirar, y no me quitan la miraba de encima, mientras todas sostienen una sonrisa diabólica, y comentan entre ellas y ríen. Esto realmente me asusta.
Entra la rectora. Todos nos ponemos de pie, saludamos y nos volvemos a sentarnos frente a nuestros pupitres.
La rectora nos anuncia: - Quiero informales a todos, que ayer, nuestra compañera Yamila, fue internada en el hospital para ser rehabilitada por su problema de anorexia. Recemos un Ave María y un Padre Nuestro por nuestra compañera para darle fuerzas.
Todos rezamos. Luego, Solange, que, como siempre, estuvo mirando con cara de indiferente, y masticando chicle, cambia de repente su cara como si se pusiera una máscara y empieza a llorar a gritos; a lo que le siguen sus cómplices, llorando al mismo tiempo como si fueran un coro. Yo las miro sorprendida, y mi mirada se cruza con la de Ángel, que, con su rostro me indica que le fastidia tanta falsedad. Yo pienso lo mismo: hasta ayer, a Yamila la acorralaban en patota y le decían “gorda”; ahora, irónicamente se hacen las buenas con lágrimas exageradas y gritos desgarradores de lamento. Solange, de repente deja de llorar, y, todas instantáneamente dejan de llorar como si Solange estuviera dirigiendo una orquesta, y todo vuelve en silencio. No puedo creer tanta hipocresía: me recuerda a la histeria colectiva que hubo en tiempos de las brujas de Salem.
La rectora agrega:- podríamos hacer un trabajo práctico sobre el tema y Bulimia y Anorexia para comprender más el tema y tomar conciencia sobre este problema que preocupa a la sociedad.
- ¡Si, si, si! – Dice Solange con energía, que luego de pasar a su momento de llanto fingido, se ve nuevamente con actitud altanera. – ¿Y puede ser por medio de un vídeo? – pregunta, me sonríe con una mirada sobradora y una gran sonrisa.
- Sí, Solange. Dice la rectora – también puede ser en video.
Solange asiente, y junto a sus amigas me miran y no dejan de sonreírme con sus sonrisas malévolas. ¡Esto me suena muy mal!


Contra la corriente

Capítulo 18
Contra la corriente
Yo no sé por qué me molesta Solange. Es la chica más popular de la escuela, alta, con hermoso cabello, y todos los chicos quieren salir con ella; todas las chicas quieren ser su amiga, la siguen a todas partes con elogios y hacen todo lo que ella dice. Claro está que, por más bella y carismática que sea, es una persona vacía por dentro. Eso me parece algo enfermo. Más que un grupo de amigas, se me da que son un grupo de personas inseguras, que, por miedo a ser rechazadas, o por miedo a verse indefensas y sufrir el bulling, se dejan manipular por Solange. Yo no puedo ser así.
Pero hay algo que me indigna por completo. Yo comparto mi pupitre todos los días en clases, con una chica que se llama Lily. Usa muletas porque tiene piernas muy débiles, y tiene un rostro muy distinto al de los demás. Todos se burlan de ella. Se ríen de ella cuando tropieza; se ríen de ella cuando hace una pregunta a la profesora o cuando le toca dar lección frente al pizarrón; o, la culpan por cualquier cosa, pero siempre buscan una razón para buscarle defectos, burlarse de ella, acusarla, o, simplemente, excluirla. Todos le dicen discapacitada, o tonta, pero yo no lo veo así.
Desde el primer momento que entré a clases, Lily y yo nos hicimos muy buenas amigas. Yo la hago reír. En el recreo caminamos por el patio y cantamos. Encontré en ella una gran amiga y confidente, y pese a ser diferente a mi, vi en ella una chica con un gran corazón. No sé por qué el resto del grupo no le da una oportunidad. No puedo creer que la raza humana pueda ser tan cruel.
Estábamos en la clase de catequesis, en el colegio donde ahora estudio para terminar mí secundaria, el Instituto de Santa Gertrudis.
La monja catequista, la madre Amparo, nos estaba enseñando sobre el libro del Génesis en la Biblia, y nos dio la consigna de escribir en 15 minutos una mínima composición. El tema de la misma era: la creación, y cómo hubiésemos creado nosotros el mundo, con imaginación.
Los 15 minutos pasaron, y nos tocó a cada uno su propia exposición. Adoro la literatura. Fue algo mágico: en las diferentes narraciones, algunos creaban el mundo con plastilina, otros con caramelos, otros pintando un cuadro, a partir de retazos de telas y botones, otros a través del decorado de un pastel.
Llegó el turno de Lily. Cuando empezó a leer, empezó el tumulto de comentarios y burlas. Yo me enojé, me puse de pie, le pedí la hoja a Lily y dije: - mejor lo leo yo!- miré alrededor y mí mirada furiosa se posó en las chicas que integraban el clan de Solange, y les dije con irá: -¿¿¿ algún problema con eso??? – Ellas respondieron asustadas: - No. – Solange solo miraba indiferente y mascaba chicle como si nada le importara.
Empecé a leer:
“ La creación”
Una obra de Lily.
“Yo crearé el mundo, a partir de mi propio cuerpo y mi propio ser. Mis cabellos será el espacio infinito. Mis ojos las estrellas y la luna, que los guíe en la oscurtidad. Y en mis manos los llevaré siempre, para mostrarles que siempre estaré con ustedes, iluminándolos con el sol, que es la luz de mí corazón y la fuerza de todo mi amor”
Terminé de leer el texto de Lily. Hubo un pequeño silencio. Yo pensé que llovían las burlas, pero, en cambio, el aula de catequesis explotó en aplausos. Le di un abrazo a Lily. La monja catequista, la madre Amparo sonrió llena de alegría. Solange miró asqueada a su alrededor mascando chicle como una vaca.
Sonó el timbre del recreo. Todos se acercaron y me felicitaron. Yo dije: - La obra es de Lily. Feliciten a Lily. – y todos la saludaron. Ángel, el chico que me gusta, miraba desde lejos sin reaccionar.
Solange, miró decepcionada y enojada a la novez, dio la vuelta y se dirigió con sus cómplices hacia la puerta. Dos de las chicas de su grupo me dijeron: - Muy bien! Esta vez le ganaste a Solange! – Solange miró hacía atrás, y ellas corrieron detrás para alcanzarla como si perdieran el tren. Vaya ironía: me felicitan, pero luego corren detrás de Solange pidiendo sus favores!
A la salida, nos despedimos para ir cada uno a sus casas. Vi a Ángel caminando con su bicicleta, mirándome en señal de aprobación. – ¡Muy bien! – me dijo, sonrió, subió a su bicicleta y se fue. Me fui contenta, una paz interior iluminaba todo mí ser y no sé por qué razón.





Mujeres Bizarras de la Historia

Capítulo 17


Mujeres Bizarras de la Historia
Juana de Arco, la Doncella Orleans: una gran guerrera, que, en nombre de Dios, se armó de gran valor, para guiar al ejército Francés y logró que Carlos VII llegue a ser rey. La raza humana es tan extraña, que, muchos años más tarde, los obispos franceses la condenaron por herejía a morir en la hoguera. Cada vez entiendo menos a los humanos y a su naturaleza traicionera.
Otras mujeres Bizarras, Marie Shelley, la creadora de la Historia de Frankenstein, un monstruo incomprendido, condenado por el pueblo por ser diferente. Pero,¿ quien era el monstruo en realidad?
George Sans. Su verdadero nombre era Aurora, y en tiempo en que solamente los hombres podían publicar libros, ella cambió sus vestidos de dama por atuendos de hombre y nombre de varón, para cumplir su sueño de ser escritor.
Coco Channel, con sus nuevos diseños de ropa, que revolucionaron para siempre la indumentaria femenina.
En Argentina Lola Mora, escultora y Alfonsina Storni, poetisa, ambas mujeres independientes y emprendedoras.
Fueron incomprendidas por la sociedad de su época; ahora, son mujeres que marcaron Historia y hoy, son modelos a seguir.
Todos podemos dejar nuestra huella en la Historia, y yo la dejaré.


Bicho raro de la clase Giselle Romina Castillo Vargas

Capitulo 16





Bicho raro de la clase
Queridos Compañeros de la Escuela de Bizarros:
Hoy inicio mi primera clase en la escuela Santa Gertrudis, de humanos. Los extraño. No creo que la Directora Marimacho me revoque la expulsión, así que, no me queda otra alternativa que terminar mis estudios secundarios aquí.
En esta escuela me llama por mí nombre humano Giselle Darlene, y no La Novia Cumbianchera.¡ Es un alivio: no me gusta que me llamen Novia Cumbianchera! Y calculo que no vieron el programa donde canté: mejor así. No obstante: no sé que me ven de raro, y al cabo que estoy usando el mismo uniforme que todos usamos. Voy el pasillo y escucho murmuros a mis espaldas, comentando sobre mí. Será que por más que me vista como ellos, no puedo quitarme mí naturaleza bizarra? Soy diferente por más que me camufle como ellos, y brillo con mí propia luz. Siento en mi interior, que, tengo mucho para dar y que puedo alguna vez lograr algo bueno que deje mi huella en la historia de la humanidad. Pero veo que los demás no lo miran así. A la hora de elegir un compañero para compartir el pupitre, todos decían: “ya está ocupado”, “no hay lugar”, o “correte tonta”. Hasta que vi una niña que parecía bizarra como yo, y aceptó que me sentará con ella; se llama Lily. Usa muletas y su rostro es distinto. Todos también la miran rara y le dicen: discapacitada o tonta; yo no la veo así. Yo la veo muy buena, y con mucha capacidad de lograr sus metas y sueños. Y desde ahora es mi amiga y en lo que necesite voy a estar con ella hasta el final.
Me gustan mucho los chicos varones de está institución. No visten con disfraz que representa su poder o capacidad, simplemente ese aburrido uniforme de camisa blanca, corbata roja y pantalón gris que forma parte del uniforme de los varones. Y las chicas vestimos de camisa, una corbata roja, y, por encima, un incómodo jumper gris.
Hay un chico que me gusta. Tiene ojos azules, usa su uniforme de manera desarreglada, es solitario y toca la guitarra. Quiero hablarle pero siempre me ignora,  o me contesta de manera evasiva. Su nombre es Ángel . Es un chico Bizarro pero aún no lo sabe, y llama mucho mi curiosidad.
De las chicas del grupo de las populares, Solange es la más irritante. Me viene con su patota de chicas, de manera altanera. Todas me rodean, y con una sonrisa irónica me pregunta: - ¿y vos no tenés novio? Ya tranzaste?
Yo pienso: ¡que pregunta tan estúpida! Le contesto: - si, tengo novio, se llama Valentín.
Todas ríen burlonamente. Me dicen: - no te creoooo. – Solange, pasa al lado mío golpeándome con el hombro y se aleja. Le siguen las demás de su tribu, me dan la espalda y caminan detrás de ella como si Solange arriara ganado. Me recuerda al tirano de Francisco, mí Bully de mí escuela anterior, pero mujer.
Las materias del Instituto Santa Gertrudis son muy distintas a las que se enseñan en la Escuela de Bizarros. Las matemáticas son complicadas y aburridas. Y a diferencia de nosotros, que estudiamos “Historia de los Bizarros”, ellos estudian una materia que, simplemente se llama Historia. Dicha materia muestra la historia de la humanidad pero como dice una de mis canciones favoritas, marcada por guerras, pero, nada nos enseñan de amor.
En la clase de gimnasia, accidentalmente me caí y me raspé las rodillas.  Por primera vez aprendí que de una herida, me brota sangre, de la rodilla…¡¡¡ como los humanos!!! ¡Estoy sangrando como ellos, y luego he descubierto que no sólo se sangra de por ahí…  si!¡ No solo de por ahi… ¡Es asombroso! En convivencia con los humanos ,¿estaré adquiriendo las propiedades de los mismo?¿ O tal vez mí cuerpo estará evolucionando hasta convertirme en uno de ellos?
Una ola de burlas de mis compañeros y comentarios ofensivos brotan en torno a mí caída. Aguas tibias y con el sabor del mar, brotan por mis ojos: se llama llorar. Y en el fondo de mi pecho, siento un gran vacío, más doloroso que la herida de mí rodilla, como nunca antes sentí. ¿Que me está pasando? ¿Quien no se ha sentido humano?¿ Y quien no se ha sentido bizarro alguna vez?


Nueva escuela de bizarros Giselle Romina Castillo Vargas

La Nueva Escuela de Bizarros
Escuela de Bizarros 2
El diario de Giselle Darlene

Autora: Giselle Romina Castillo Vargas

DNI 26800416
Registro en Dirección Nacional del Derecho de Autor 2020-15573832 Buenos Aires Argentina
Personaje Giselle Darlene registrado en la Dirección Nacional del Derecho de Autor resolución 2020-15963154

Capítulo 15

Un buen inicio depende de un drástico final

Soy Giselle Darlene, una adolescente de 17 años. Soy cantante y actriz. Vivo en los monoblocks de Lacarra y Directorio, con mi papá Don Himeneo, ex capitán de la marina, mi hermanito Priapo y mi abuelita Afrodita.
Esta es la historia de mi vida, de mis sueños de ser una gran cantante y actriz, y mi gran historia de amor.
Mi papá, Don Himeneo, no apoya mí sueño de ser una cantante de la movida tropical; en cambio, me prohíbe tener novio y me impone que tengo que, por mi bien, tengo que estudiar.
Como ya contaba en mi libro anterior, fue por una casualidad, que con mi amigo Horacio, nos enteramos de un casting en un programa de TV del gran periodista y conductor Valentín, y al ser yo seleccionada, ese sábado, mi sueño se cumplió y canté por primera vez en la TV. Así empezó mi carrera artística y la historia de mí amor prohibido Valentín, el conductor de dicho programa de TV.
Pertenezco a una rara y exótica especie llamada Bizarros, pero, todos pertenecemos a la misma raza humana. Todos tenemos algo de Bizarros, todos somos únicos y especiales. Yo solía cursar el quinto año de la secundaria en una institución privada llamada La Escuela de Bizarros. Dicha institución, era destinada a niños y adolescentes, con capacidades asombrosas, que aun no se han podido estudiar por las ciencias.
Ocurrió, que luego de mí aparición en TV, y tras un escándalo mediático, salió a la luz mi romance con Valentín. Entonces, la Directora Marimacho, de la Escuela de Bizarros, decidió expulsarme, y mi papá, Don Himeneo, no tuvo otra opción que castigarme, e inscribirme en una escuela de Humanos, y para mí mayor desgracia, religiosa y muy estricta.
Aquí es donde empiezan mis peripecias, en un nuevo mundo que voy aprendiendo a descubrir, y, al mismo tiempo, en ese nuevo lugar, voy concretando mus sueños, y aprendiendo muchas cosas nuevas de este asombroso mundo que voy conociendo. ¿ Que destino me deparará?